viernes, 31 de agosto de 2012

Binamismo

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Esa sinfonía a la que llamamos vida que está compuesta  de tantos acordes, tiene escrito en cada lugar una parte de la melodía, a veces solo es necesario saber leer, entender los mensajes que en tal o cual lugar se encuentran escritos quizá de maneras imposibles o en lugares inimaginados (una serie de números al inicio de un texto), una mancha en el papel, una flor a la mitad del camino, etcétera) es entonces necesario abrir todos los sentidos, despertar todas las sensaciones y permitirse volar para disfrutar a plenitud de tan maravilloso escrito.

“Se puede decir que sí, tengo algunas cosas en el corazón que aun no me caben en la cabeza”

El entender  muchas veces es algo más complejo que la simple estructuración de las ideas y si de la vida se trata es necesario usar eso que solo nosotros tenemos, eso a lo que llaman alma o espíritu o fuerza vital, sea lo que sea y de lo que este hecho, es el puente que une la realidad y los sueños, obsequiándonos la belleza  que ofrece el descubrir, la amistad, el rencor,  la compasión, el amor  y todo, absolutamente todo lo que nos hace humanos y divinos.

jueves, 30 de agosto de 2012

Un tanto héroe


Esta mañana me levante un tanto héroe ,  sonreí por el nuevo día y decidí que haría el bien, que salvaría gatos  y que ayudaría a cruzar a varias ancianitas la calle (o en su defecto una sola ancianita a cruzar varias veces la calle), los demás problemas como los asaltos, incendios y temblores decidí dejarlos a los bien entrenados y administrados organismos creados por el estado,  y es que póngase a pensar, todo está bajo control, por eso es que los héroes en esta época no pululan, no son necesarios como en los 40´s y 50´s cuando emergieron de la nada para salvar al mundo (especialmente a estados Unidos): hombres y mujeres llenos de valor, coraje, un poco de inteligencia  y…ahhh si! súper poderes adquiridos de maneras inverosímiles, los cuales estaban dispuestos a darlo todo por defender a la humanidad.

Después de cepillar mis dientes y corriendo el riesgo de morir de tedio en la búsqueda de buenas acciones, me puse mi antifaz y salí a la calle a enfrentar mi destino,  y es que para que se crean los héroes si no es para eso? cuando han visto un héroe que diga: “aishh no, yo como que no defiendo a la humanidad, mejor uso mis superpoderes para ser un buen contador”, nooo todos apenas ven que tienen algo raro salen de una a salvar gente en trenes descarrilados o aviones en picada, calman terremotos, salvan gatos, blanquean ropa, fregan pisos e incluso son capaces de  revertir  la rotación de la tierra para retroceder el tiempo y salvar a su amada (eso sí es mucho amor carajo!), yo, que no cuento con superpoderes me demore un poco más en darme cuenta de que era un héroe, es decir más que un obsequio del azar fue una decisión (no me pico una araña mientras dormía, y no me encontré un anillo extraterrestre, no trabajo en una planta nuclear y gracias a dios no me ha caído un asteroide encima), una decisión que por lo demás tome un poco tarde, ya mi físico no da para perseguir ladrones por azoteas y aunque mi mente se mantiene un tanto vivaz aun, tiende a bloquearse cuando tiene que crear un automóvil que es impulsado a hipervelocidad por un reactor, en fin; ya la decisión tomada y con las respectivas limitantes interiorizadas ate mis superzapatos, guarde bien mi bati billetera y me puse en marcha mientras me sonaba en la cabeza esa cancioncita que dice: tanananananana tanananananana baatmaan baatmaann  baatmaann.


Todo a mi alrededor cambio, las calles eran iguales a las de metrópolis…. Mmm no más bien que sean iguales a las de ciudad gótica (Batman tiene más sagas que Superman, de ahí que el lector pueda hacer una idea más concreta de la forma de mis calles) y mi búsqueda en pro acciones que me hicieran sentir héroe cada vez era más intensa, sagazmente miraba a mi alrededor, pero al parecer los malhechores se habían percatado de mi presencia y evitaban cualquier movimiento que los delatara, busque en cada rincón de esta ciudad del pecado hasta casi convérseme de la inexistencia del mal, mas hallando en mi corazón el sentimiento de que algo mas era necesario para lograr mi mención como héroe, camine  por las calles oscuras cada vez mas desoladas, visite el almacén de víveres, y sin poder encontrar nada que me permitiera hacerme héroe de una vez por todas regrese a mi guarida;  sin antifaz, sin canción, con la piedra afuera porque ni siquiera una pinche viejita me encontré en el camino para ayudarle a pasar la calle, con el deseo de jamás volverlo a intentar y lleno de frustración. Al entrar a la  casa todos sentados alrededor de la mesa esperaban mi llegada, entregando el paquete que traía en las manos me obsequiaron una sonrisa de agradecimiento, entonces me di cuenta que por lo menos había salvado el desayuno y que gracias a mi, estas personas que son mi mundo estarían seguros del hambre.  Sonriendo me senté a la mesa para compartir con ellos el botín de toda hazaña heroica: una anécdota, al final de cuentas me convertí en un héroe sin buscar serlo, solo haciendo bien las cosas que hago a diario.

 

martes, 28 de agosto de 2012

El Milagro De P.Tinto

Estaba sentado viendo una de las películas de mi colección y en un cambio a pantalla negra me sorprendí reflejado en el televisor con una sonrisa de oreja a oreja, dicho descubrimiento me agrado de tal manera que de ahí en adelante no pude más que disfrutar cada parte de la película de una manera casi que golosa, como si fuera un postre de esos diminutos que algunas veces uno ha comido y que le despiertan todos los sentidos( no solo el gusto) al punto que es casi un requerimiento comerlo a pocos y con calma; casi de una manera infantil, celosa incluso. Nadie se puede atrever  a pedirte ni un solo pedazo y es necesario además dejar el empaque limpio; no puede quedar si quiera un trozo pegado  porque sería un pecado  mortal, y  a esa excitación que empezó por el paladar se van uniendo poco a poco los demás sentidos, el olfato que encuentra mil posibilidades en los olores que emanan de tal manjar, la piel que se eriza de placer y se abre a las caricias, la vista que inundada de colores dilata las pupilas y el oído que se agudiza: estos dos últimos no con un objetivo hedonista sino mas bien protector: claro, hay que estar pendientes del entorno, no se sabe cuando pueda aparecer la típica amiga que siempre quiere “una probadita” de lo que estas comiendo y al final te deja mirando como devora tus viandas. Curiosamente esa sonrisa que me acompañaba a ver la película era la  misma que tenía cuando la vi por primera vez, debe saber el lector que soy un poco maniático con las películas que me gustan y que es posible que las vea una y otra vez, es decir quizá esta sea la cuarta o quinta vez que veo este filme, quizá eso haga mas alegórica mi sonrisa y más grande mi sorpresa, quizá de ahí que allá decidido escribir un poco sobre los sentimientos que me despierta el filme y claro sobre el filme como tal.

 
Siempre he tenido la sensación de que esta película es capaz de volverme la inocencia a la vida,  con cada imagen y cada risotada encuentro que todas las cosas pueden ser tan bellas y divertidas como uno lo desee, si ya sé que suena a cliché, pero por dios de vez en cuando nos podemos dar esa oportunidad, ver las cosas desde otra óptica nos hace bien y si esa óptica es sencilla y un poco infantil mucho mejor, no se trata de dejar todo el espíritu “critico” y la “madurez” de lado, es más bien abrir los ojos y ver un poco mas allá, a veces nos encerramos de tal manera en nuestra cotidianidad que todo termina por perder el encanto, el brillo, el color que siempre ha tenido y siempre tendrá, los placeres de la vida muchas veces están limitados a una tarde de sol o incluso un aguacero torrencial en buena compañía,  solo se requiere de un poco de imaginación, del deseo de creer, como cuentos de hadas que fueron escritos solo para nosotros en donde la magia está hecha a nuestra medida, donde no hay zapatillas de cristal ni calabazas, pero de seguro hay tenis sucios y transmilenio (léase metro o autobús para quienes no viven en Bogotá), y es que póngase a pensar, si usted no saca una historia de un viaje en transmilenio está en la olla, solo póngale un poco de creatividad, cámbiele un poco las facciones a su vecino de viaje y hágalo un príncipe, también es necesario cambiarle un poco los modales pero no entremos en nimiedades, haga que los vagones huelan a flores, a bosque  y si se baja en la estación de la trece imagine que es blanca nieves y que las palomas vienen a su encuentro por su infinita belleza y pureza o, bueno use los atributos que a usted mejor le vayan y le permitan conectar la realidad con la fantasía y si le gustan los príncipes a caballo, dese una vuelta por el parque nacional y échele el ojo a uno de la policía montada, por lo demás se vale jugar a ser inocentes, crédulos, simpáticos, habladores, soñadores, pero jamás idiotas, torpes, maleducados o groseros.
 
Quizá el mundo en el que vivimos no nos permita hacer muchas cosas que deseamos, como el viaje a Europa en invierno,  los piques en Japón o las vacaciones en la toscana, sin embargo de seguro tenemos la existencia llena de recuerdos hermosos,  de besos de buenas noches, de paseos de olla, de bailes de adolescencia, de primeros besos, momentos que jamás nadie ha vivido que han sido tan mágicos y que nos han hecho sonreír con el deseo de vivirlos una y otra vez. En medio de esta  carrera contra el tiempo es bueno sentarse por un momento y descansar, evaluar cuanto se ha aprendido para  crear un cielo hecho de recuerdos y dejar volar la imaginación.
 
 Ah sí, la película, bueno lo mejor es que la vean, ya por lo menos saben lo que me inspira y lo que me llevo a escribir, quizá sea necesario que ustedes mismos se descubran sonriendo frente al televisor para que puedan compartir estas palabras, los dejo con la frase de cierre de la película: Lo más grande de esta aventura estaba en lo que nosotros habíamos aprendido de ella, por eso estoy ahora con los ojos cerrados y subido alto muy alto cerca de donde se guardan los deseos, he subido aquí para pedir desde mi corazón revivir los momentos más felices, momentos que solo un hijo sería capaz de regalarme.
 
 
 
El milagro de P. Tinto es una película surrealista cómica española estrenada en 1998, dirigida por Javier Fesser y escrita por él mismo junto con su hermano Guillermo Fesser.
 
 
 

lunes, 27 de agosto de 2012

Hoy en el mañana


Justo cuando creía haber superado mi fobia a los “cebolleros” me encorte con este día de afanes, mi costumbre de levantarme temprano y voltear hasta que me coja la tarde para llegar al trabajo hoy paso la cuenta. Debo decir que aunque todo inicio con un bus con sillas desocupadas el cual tome al salir de casa, la situación se torno un tanto cómica cuando en la Av. 68 me dispuse a tomar ese cacharro con ruta Lijaca que se veía venir a lontananza; en medio de la desesperación generada por la escasez de tiempo no lo pensé y le hice el pare. El bus que parecía haber escapado a la chatarrización de los automotores de la caracas parecía tener aun el olor de la pintura amarilla y el tono opaco generado por el hollín de los escapes de todos los demás automóviles, la cojineria era de colores (es un decir claro, que colores podían quedarle a un plástico que tiene como mil años de uso) y las laminas que componen su estructura parecían desencajarse con cada desnivel de la vía. El arranque de este brontosaurio automovilístico generaba tal conmoción en su estructura que parecía el fin del universo (ese en el que nos encontrábamos involucrados todos los pasajeros para ese momento) y al mejor estilo de una canción de plancha muy conocida “el freno, frenaba un poco retrasado”, el conductor que carecía de un buen oído, jamás prestaba atención al llamado del timbre y aunque su buen humor le hacia reír con la situación; generaba contraste con la actitud un tanto indolente de los pasajeros quienes golpeaban con furia tal pieza de museo. La comunidad que habitaba dicho lugar era de tal variopinto como cualquier otro medio de transporte masivo, gente de oficina, estudiantes, extranjeros (rusos especialmente), vagos y claro la tradicional señora con bigote. Debo reconocer que aunque este circo (porque olía de la misma manera) podría en algún momento haberme incomodado, hoy ha hecho que este día tenga una anécdota para contar y se me hayan escapado un par de sonrisas mientras viajaba. Por lo demás llegue a tiempo.

sábado, 25 de agosto de 2012

Cuento Verde


Verde era de esos niños callados que prefieren una esquina solitaria y la compañía de un libro que la algarabía típica de los críos de su edad, había sido abandonado a las puertas del orfanato a muy corta edad y desde de ese momento ya era notorio su carácter cerebral y tranquilo; No lloraba a pesar del frio, del hambre o de la desolación, nunca se quejaba y jamás maltrataba a sus compañeros, todo pasaba por su pequeña cabeza siendo sujeto de análisis, conocía las rutinas de todos, sabia que le gustaba a Diana la pelirroja que cantaba sin cesar, sabia que Bernice siempre mentía de una manera descarada, sabia donde escondía los chocolates que le traía su enamorado  la señorita Martínez (la administradora de la institución) y sabia, sobre todo sabia, que Helena tenia los ojos mas hermosos que nunca había visto, que seria capaz de vivir en esos ojos por siempre si ella se lo permitiese y que cada vez que la miraba se perdía en su profundidad olvidándose de todo: incluso de su abandono.  Pero Verde jamás seria capaz de preguntarle, de invitarla a caminar por el patio de recreo y de compartir sus secretos, siempre tenía un nudo en la garganta que le atravesaba las palabras, una melancolía que lo inundaba y que lo llevaba a perderse en infinitas preguntas sin respuesta que  al final solo lo dejaban desolado en la mitad de la nada.

Helena era una de esas niñas a las que todo les causa curiosidad, siempre estaba dispuesta a aprender un poco mas, a pintar y a preguntar “por que” hasta casi volver locos a sus interlocutores, gustaba de jugar a la pelota, correr por el patio mientras sentía la brisa en la cara y pintar con los dedos mariposas de mil colores que por lo general adornaban la oficina de la señorita Martínez, su corazón piadoso la llevaba siempre a ayudar, a ser amable, a regalar sonrisas sin medida y a siempre sentir un cariño especial por un chiquillo llamado Verde, el cual se la pasaba solitario en las esquinas del orfanato y aunque ya lo había descubierto un par de veces mirándole nunca le había hablado (su espíritu curioso se concentraba en este hecho que no dejaba de sorprenderla)

Esta tarde de verano la pelota nueva había rebotado por todo el patio, los niños llenos de jubilo desfogaban su energía inventando juegos cada vez mas inverosímiles, solo como  excusa para  prolongar su estadía en el frescor  y no tener que regresar al interior de la institución que ardía por la carencia de ventiladores, en medio de la algarabía la pelota fue a dar a los pies de Verde quien leía uno de sus preferidos: rin rin renacuajo. Sin pensarlo dos veces Helena se acerco para traer el preciado objeto y tomando la pelota se decidió a hablar, después del saludo un silencio eterno se apodero de los dos y sin mas que decir Helena preguntó lo que desde tiempo atrás le causaba curiosidad? Por que no juegas como los otros niños? Por que no hablas? Porque estas tan solo? Por que… por que… Verde petrificado, palideció al escuchar las palabras de Helena y tomando apenas un respiro respondió: lo único que quiero, es saber de dónde provengo

Helena que sabía mucho de pintura sin dudarlo le respondió: Tú eres Verde, hijo del azul cielo y del amarillo sol, eres el resultado del amor eterno entre tus padres que desde allá arriba te dan su calor. De repente una luz nueva todo lo invadió y  el mundo que durante tanto tiempo estuvo   detenido empezó alegre a girar y los niños fueron niños de nuevo y todo retomo su color: amarillo como el cabello loco de la señorita Martínez, azul como las mentiras de Bernice , rojo como el pelo Diana y verde; verde como los ojos que en ese momento lo miraban para darle la redención. Sin dudarlo un minuto, Verde tomo de la mano a Helena y mientras caminaban de regreso al patio de juegos se perdió en sus ojos para siempre vivir en ellos.

 

Del Inicio del Blog


Este blog es como un apartamento nuevo, si hay cama no hay muebles de sala, si hay pocillos no hay vasos y si hay que tomar no hay nevera para enfriarlo, espero que con el tiempo las cosas cambien y el lector (sea usted o sea yo) se sienta más en casa; por ahora quítese los zapatos, siéntese en la cama y tómese esta cerveza al clima que le estoy ofreciendo en el único pocillo que tengo, por lo demás este lugar está hecho para compartir las cosas que me gustan y que odio, sepa que agradezco su visita y que espero que no sea la última vez: “que vuelva pronto

jueves, 23 de agosto de 2012


En cuanto a el porque de la foto, ni yo mismo tengo la respuesta, es mas bien como la union de muchas cosas; tiempo libre, un juego de magia, una linterna, una camara al lado, y despues; tiempo libre, el computador, el desconocimiento de un programa, todos los ingredientes necesarios para que simplemente se de algo que te gusta, el azar! si, lo recuerdas, el mismo que te ha puesto en el camino a las personas que amas o has amado, el mismo que te ha puesto en el camino de quienes te aman  o te han amado. Asi es, todo nuestro mundo a pesar de que nos empeñemos en manejarlo, en ajustarlo a lo que "somos nosotros" depende de infinidad de variables que se nos escapan de las manos y que gracias a la suerte o a Dios, llenan de maticez eso que a nosotros muchas veces nos gusta pintar de blanco y negro. Al final el resultado es eso, algo que jamas planeaste o se te cruzo por la cabeza, y que sin embargo ahora adoras, sientes, amas, hueles, sueñas, añoras, sufres, lloras, ries, pero que siempre, siempre, disfrutas, algo a lo que llamas Vida.

lunes, 13 de agosto de 2012

Eran los tiempos

Aquí sentado en medio de esta habitación (debo decir que preferí quedarme con el cuarto atiborrado de papeles que con la biblioteca pública y es que después de todo es mas fácil encontrar algo emocionante que leer!!) decidí tomar algún recuerdo al azar, uno medio mío y medio de todo el mundo, como las figuras de armo todo, las crayolas o el ponquecito ramo en las onces de los primeros años de colegio y ni hablar de la pony malta y de esa manera fui a dar a mi primaria con mañanas de sol resplandeciente, amplios patios de juego y maestras con caras bruscas que parecían enseñar mas por el placer del poder que por una real vocación, cuadernos de hojas amarillas y con un par de grapas que “sostenían” las hojas y digo sostenían por que solo era necesario arrancar una hoja y esperar a que la grapa se desajustara y en pocos días tener una colección de hojas con información que con el paso de los días seria un rompecabezas y muy seguramente sería remplazado por un cuaderno nuevo y un regaño; “porque a los cuadernos no se les deben arrancar las hojas”, eso decía todo el mundo cuando era pequeño. Ahora los cuadernos son una moda innecesaria y pasare a explicar el porque, primero, en los colegios ahora no enseñan nada, por ende no es necesario tomar apuntes, por otro lado hay mil instrumentos tecnológicos que sirven en caso de que el estudiante considere que la información es importante (desde un portátil hasta el celular si es que el tema no amerita prender el computador), los dichosos cuadernos que aun son solicitados por las directivas de los planteles escolares y quienes parecen no entender lo antiecológico y pasado de moda de dicha practica, tienen ahora más cara de paquete de esquelas para cartas de amor o de tira de stickers que de cuadernos como tal, tiempos aquellos en los que lo mas “play” era la pasta amarilla que decía norma, y en la cual de la manera más elegante se consignaban en letras de oro (de oro? Los más despistados con tinta azul que siempre y léase SIEMPRE ha sido un tanto ordinaria y léase ORDINARIA) nombre y curso del propietario de dicho papiro lleno de conocimiento. Líneas grises adornaban dicho artilugio dándole sobriedad y un tanto el ambiente retro gueto nazi requerido por la educación, sumado a eso las hermosas caligrafías que apenas se estaban desarrollando con tintas excesivamente brillantes y lapiceros tan inseguros que el solo hecho de llevarlos traía implícito el riesgo de mancharse hasta las medias en caso de que por accidente se destapara o peor aun rompiera por algún accidente causado por los inocentes juegos infantiles; darse a maletasos o tirar las maletas tan alto como fuera posible, esa inconciencia juvenil causada por el exceso de candor y energía, la misma que permitía no tomarse todas las onces y dejarlas a medio tapar y luego jugar a ser un helicóptero y convertirse en una maquina centrifugadora de cuadernos, lápices, jugo, chitos y saco del colegio, para luego caer al piso dar un par de vueltas mas y convertirse en tan solo un despojo de lo que la madre o el padre (en estos días la nana) entrego al colegio: un niño bien peinado, limpio, que olía bien y con la cara somnolienta en señal de pasividad. El colegio que después de un par de horas parecía fomentar en cada individuo una energía casi que animal, generaba tales ansias que el descanso era una oda al sueño de libertad Francés y en medio del desenfreno se cometían algunas atrocidades (igual que en la revolución francesa) que tiempo después serian perdonadas en nombre de la causa (igual que en la revolución francesa) los pantalones rotos, las camisas desgarradas, los morados en las piernas, los chicles en el pelo, los zapatos pelados y las caras sucias, todo en pro de lo que los sicólogos actualmente denominan desarrollo de la personalidad a través del juego, y al final del día? todos tan contentos: los padres por que el niño esta amañado en el colegio, el niño por que esta aprendiendo y yo, bueno yo porque en medio de todos estos recuerdos que me encontré sin pensar he reído hasta el cansancio y me he dado cuenta que los tiempos, eran tiempos aquellos cuando los cuadernos tenían hojas amarillas…