jueves, 30 de agosto de 2012

Un tanto héroe


Esta mañana me levante un tanto héroe ,  sonreí por el nuevo día y decidí que haría el bien, que salvaría gatos  y que ayudaría a cruzar a varias ancianitas la calle (o en su defecto una sola ancianita a cruzar varias veces la calle), los demás problemas como los asaltos, incendios y temblores decidí dejarlos a los bien entrenados y administrados organismos creados por el estado,  y es que póngase a pensar, todo está bajo control, por eso es que los héroes en esta época no pululan, no son necesarios como en los 40´s y 50´s cuando emergieron de la nada para salvar al mundo (especialmente a estados Unidos): hombres y mujeres llenos de valor, coraje, un poco de inteligencia  y…ahhh si! súper poderes adquiridos de maneras inverosímiles, los cuales estaban dispuestos a darlo todo por defender a la humanidad.

Después de cepillar mis dientes y corriendo el riesgo de morir de tedio en la búsqueda de buenas acciones, me puse mi antifaz y salí a la calle a enfrentar mi destino,  y es que para que se crean los héroes si no es para eso? cuando han visto un héroe que diga: “aishh no, yo como que no defiendo a la humanidad, mejor uso mis superpoderes para ser un buen contador”, nooo todos apenas ven que tienen algo raro salen de una a salvar gente en trenes descarrilados o aviones en picada, calman terremotos, salvan gatos, blanquean ropa, fregan pisos e incluso son capaces de  revertir  la rotación de la tierra para retroceder el tiempo y salvar a su amada (eso sí es mucho amor carajo!), yo, que no cuento con superpoderes me demore un poco más en darme cuenta de que era un héroe, es decir más que un obsequio del azar fue una decisión (no me pico una araña mientras dormía, y no me encontré un anillo extraterrestre, no trabajo en una planta nuclear y gracias a dios no me ha caído un asteroide encima), una decisión que por lo demás tome un poco tarde, ya mi físico no da para perseguir ladrones por azoteas y aunque mi mente se mantiene un tanto vivaz aun, tiende a bloquearse cuando tiene que crear un automóvil que es impulsado a hipervelocidad por un reactor, en fin; ya la decisión tomada y con las respectivas limitantes interiorizadas ate mis superzapatos, guarde bien mi bati billetera y me puse en marcha mientras me sonaba en la cabeza esa cancioncita que dice: tanananananana tanananananana baatmaan baatmaann  baatmaann.


Todo a mi alrededor cambio, las calles eran iguales a las de metrópolis…. Mmm no más bien que sean iguales a las de ciudad gótica (Batman tiene más sagas que Superman, de ahí que el lector pueda hacer una idea más concreta de la forma de mis calles) y mi búsqueda en pro acciones que me hicieran sentir héroe cada vez era más intensa, sagazmente miraba a mi alrededor, pero al parecer los malhechores se habían percatado de mi presencia y evitaban cualquier movimiento que los delatara, busque en cada rincón de esta ciudad del pecado hasta casi convérseme de la inexistencia del mal, mas hallando en mi corazón el sentimiento de que algo mas era necesario para lograr mi mención como héroe, camine  por las calles oscuras cada vez mas desoladas, visite el almacén de víveres, y sin poder encontrar nada que me permitiera hacerme héroe de una vez por todas regrese a mi guarida;  sin antifaz, sin canción, con la piedra afuera porque ni siquiera una pinche viejita me encontré en el camino para ayudarle a pasar la calle, con el deseo de jamás volverlo a intentar y lleno de frustración. Al entrar a la  casa todos sentados alrededor de la mesa esperaban mi llegada, entregando el paquete que traía en las manos me obsequiaron una sonrisa de agradecimiento, entonces me di cuenta que por lo menos había salvado el desayuno y que gracias a mi, estas personas que son mi mundo estarían seguros del hambre.  Sonriendo me senté a la mesa para compartir con ellos el botín de toda hazaña heroica: una anécdota, al final de cuentas me convertí en un héroe sin buscar serlo, solo haciendo bien las cosas que hago a diario.

 

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