ELEGIA
Caminaba mirando el cielo
y me fui de narices.
A hora echo sangre por todas partes:
l as rodillas, el aire, los recuerdos:
mi falda se desgarró
y perdí los aretes, la razón.
¿No hay en el alma
una manera otra
de vivir un desamor?
Escritor:María Mercedes Carranza
País:Colombia
A
veces nos caemos y al instante nos levantamos, sin más ni más seguimos
nuestro camino, nos sacudimos las manos y en medio de la mirada expectante de quienes
nos rodean (y quienes son además el publico de tal acto circense)dejamos
escapar una sonrisa que habla quizá de nuestra desprevenida marcha o de los
sueños que nos llevaron a tener los pies un poco más ligeros para al caer recordar la inexistencia de nuestra etereidad
, nuestra voluntad hecha de acero nos hace caballeros y montados en esa sonrisa
que se nos escapo decidimos enfrentar la vida. Pero cuando hablamos de amor,
bueno eso ya es otra cosa, el desamor simplemente nos deja noqueados en la mitad
de la calle mirando pasar el tiempo, como si de un momento a otro toda nuestra
fuerza se hubiese ido, nos quedamos allí con el cielo eternamente grabado en
nuestras pupilas y el olor de los recuerdos asfixiándonos las ideas, las
lagrimas inundan el corazón, y en algún momento este deja de latir: morimos. Sin
nuestro consentimiento moriremos cuantas veces sea necesario para aprender a
amar, pero sobre todo para encontrar el amor que nos haga inmortales, sin miedo
hemos de recorrer el camino una y otra vez para con cada amor perdido encontrar
una razón más para volver.
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