lunes, 7 de enero de 2013

Garden State - New Slang


             A pesar de mi pasión por el cine y los libros, me es casi imposible responder cuando se me pregunta cuál es mi filme o libro preferido, y la respuesta no es tardía porque no pueda escoger, sino mas bien porque no logro recordar, me siento como si solo hubiese visto o leído uno o dos ejemplares y de la manera más retardada empiezo a recordar títulos después de un par de horas, si ya sé que debería ser más fácil,  sin embargo esa no es la peor parte, porque para salir pronto del paso y arriesgándome a pasar por “poco interesante” doy como respuesta uno de los primeros títulos que recuerdo (pero que claro es de mis aprecios),  el problema real viene después cuando yo mismo me hago la pregunta. Ya teniendo preseleccionados unos cuantos filmes  o libros (quizá no lo haya dicho antes, pero algunas veces soy obsesivo, lo que me lleva a querer tener respuestas definitivas incluso para el caso de preguntas irrelevantes como la que aquí se plantea) inicio el arduo trabajo de buscar las razones que para mi pueden hacer  “preferido” a un libro o filme, todo se complica cuando encuentro que ellos son como los padres- y se que la analogía puede gustar- uno no puede concluir si prefiere a su padre o a su madre, uno puede concluir con cual tiene más afinidad o cual le da más tranquilidad o lo consiente mas, pero al final los dos son importantes, gracias a lo que es uno y otro uno es lo que es, pasa igual con los libros y los filmes, cada uno de los que hemos visto o leído y que nos han impactado como para guardarlos dentro de nuestros aprecios nos han aportado algo de alegría, de tristeza o hasta de misantropía y nos han construido poco a poco hasta convertirnos en estos seres que identifican sentimientos y sensaciones de manera tan honesta. Sigo sin responder claro, pero el lector ya entenderá las razones por las cuales no me es posible dar una respuesta certera, y si a mis argumentos le sumamos que a veces se está triste, o alegre o de mal genio y que esos estados eufóricos nos pueden llevar a querer más un filme o libro en determinado momento ( y es que claro es más fácil querer por ejemplo un filme romántico cuando se está enamorado, que cuando se está en medio de una batalla campal con la pareja) podra concluir que la retorica de este texto no ha sido en bano. No obstante siempre hay un “top 10” de los filmes que uno más quiere (puede ser un poco más amplio dependiendo del individuo) y como si fueran hijos a todos se les quiere por igual (Se dan cuenta que son padres y son hijos? No les falta sino ser espíritu santo para ser “divinos”). En mi listado esta Amelie, Paris, La historia de Ptinto (en el blog hay una entrada al respecto), Pi el orden de caos, Bajo el sol de la Toscana, etcétera, etcétera, y también Garden State (Algo en común en español) que es quizá de donde viene tanta palabrería, curiosamente es uno de mis filmes preferidos, pero no suelo recordarlo a la primera, ayer lo vi de nuevo (ya perdí la cuenta de cuantas veces  lo he visto) y me sentí tan entusiasmado como la primera vez, quizá ilusionado un poco, y es que este filme sabe despertar eso en mi, esa inocente ilusión de encontrar cosas perfectamente imperfectas y tan amables, el deseo de conocer al cambiar y quizá de reencontrarse con la inocencia, esa que hace ver las cosas de una manera tan diferente. Tengo que decir que mas allá de todo eso que leo entre líneas en medio de las escenas del filme, la banda sonora es espectacular y que si, desde que la conocí aprendí al escucharla a ver las cosas de una nueva manera y a esperar siempre al alguien con quien inventare una nueva manera de comunicarme, para hablar  ese lenguaje que nace en medio de gestos, risas, besos y caricias y que solo un par de amantes pueden entender. Sin más de este discurso dejo la película a su consideración y como abrebocas parte de la banda sonora New Slang de The Shins.
 
 

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